El término flysch viene de la lengua alemana, del nombre con que se asignaba en algunos valles suizos a las formaciones de rocas que, debido a su carácter estratificado y a las fuertes pendientes del relieve, experimentaban frecuentemente procesos de deslizamiento y desplome. El nombre fue formalmente introducido en la terminología geológica por Studer en 1827, y posteriormente se ha aplicado a sucesiones de rocas de diferentes edades y localización en Europa y en otras partes del mundo.